Amistad recelosa. Luis Fernando Moreno Claros. El País. 23/08/2015

La correspondencia entre Heidegger y Jaspers, dos de los principales filósofos alemanes del siglo pasado, nos permite asistir a los avatares de una amistad marcada siempre por la diferencia: en primer lugar, de pensamiento, y después, de actitud frente al nazismo.

23 AGO 2003

Los filósofos Martin Heidegger (1889-1976) y Karl Jaspers (1883-1969) se conocieron a comienzos de los años veinte en Friburgo, con ocasión del cumpleaños de su maestro común Edmund Husserl. Jaspers impartía clases en Heidelberg, mientras que por aquel entonces Heidegger se hallaba en Marburgo. Ambos eran «jóvenes promesas» de la filosofía alemana; a su modo, entendían que la universidad estaba en crisis y que había que sacarla de su anquilosamiento. Trabaron amistad e iniciaron una correspondencia fundándose en la esperanza de que unirían sus fuerzas en la tarea de la renovación espiritual del ámbito académico alemán. Sin embargo, las diferencias entre ellos fueron evidentes desde el principio, aunque ambos procuraron bañarlas con un barniz de cordialidad.

Cuando en 1927 Heidegger publicó su intrincado Ser y tiempo, Jaspers se mostró perplejo: le resultaba imposible entender semejante lenguaje. En cuanto al primero, jamás entraba a fondo en el debate de las obras que le enviaba su amigo, que acaso le parecían demasiado superficiales al no incidir de lleno en el «problema esencial», que para él lo constituía el ser en general y su ausencia en el ámbito de «lo ente».

La actitud de Heidegger respecto al régimen hitleriano -el filósofo aceptó alborozado el cargo de rector de la Universidad de Friburgo en 1933, desempeñando el papel de un pequeño «Führer universitario»- lo alejó de Jaspers. Éste, casado con una mujer judía y contrario a los nazis, pasó varios años en peligro de muerte hasta que pudo exiliarse a Suiza. Se rumoreaba que Heidegger dejó de tratarlo principalmente a causa de la ascendencia «impura» de su esposa. Desde 1936 hasta 1949 sólo hubo silencio entre ambos. Luego, gracias a la mediación de Hannah Arendt, antigua alumna de los dos filósofos y ex amante de Heidegger, volvieron a iniciar una tímida correspondencia en la que, a pesar del reencuentro, lo más importante quedaría por decir.

La desconfianza por parte de Jaspers y la «vergüenza» por la de Heidegger marcan esta segunda etapa de una relación que jamás fue plenamente sincera ni profunda, sino más bien forzada y superficial. Aunque las naturalezas de ambos eran retraídas, Heidegger parece además esquivo: la escasa o nula colaboración que demostró amordazó la mejor disposición de Jaspers para encarar con éxito la difícil tarea del conocimiento mutuo.

El volumen, muy bien traducido a partir de la estupenda edición alemana de la editorial Piper, será de enorme interés para quienes deseen indagar en la biografía personal de estos dos genios del siglo XX, pero de escasa o nula utilidad para cuantos esperen hallar un productivo intercambio de pensamientos nacido de la calidez humana y de la espontaneidad intelectual, tal como cabría esperarse de dos amigos harto inteligentes que se contemplasen el uno al otro sin el velo ofuscador del recelo.

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CORRESPONDENCIA (1920-1963)

Martin Heidegger / Karl Jaspers

Edición de Walter Biemely Han Saner

Traducción de Juan José García Norro

Síntesis. Madrid, 2003

255 páginas. 17,50 euros
* Este articulo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de agosto de 2003