La doble muerte de Martin Heidegger. Alfredo Deaño. El País. 30/05/1976

A mis amigos cuarentones les he oído contar muchas veces cómo para ellos Heidegger fue un descubrimiento, una apertura nueva al verdadero ser de la filosofía. Es natural: en ese entonces la filosofía oficial en España, ‘era a juzgar por los testimonios y en aras de la brevedad, una filosofía con la sumisión en el alma y la caspa en los hombros. Frente a ella Heidegger suponía una alternativa digna de consideración: una filosofía de las de antes de la guerra (como creo que se decía a propósito- de otras cosas) una filosofía de calidad, una filosofía novedosa, sí, pero, al propio tiempo, presentada bajo la forma de un riguroso regreso a los orígenes de la reflexión; representaba, en definitiva la más reciente manifestación del genio filosófico alemán.Distintos caminos,

El teatro, en deuda con Heidegger. El País. 30/05/1976

Al comentar la muerte de Martin Heidegger ha dicho, en estas páginas, Julián Marías, que «Heidegger habló, quizá demasiado, de la angustia, de la cual se apoderaron los que no eran capaces de seguirlo leyendo». De esa angustia y de algo más se apodero, sobre todo, el teatro que había intentado, sin gran éxito, apoyarse en el sistema hegeliano. Pero que quedó fascinado con los análisis del Dasein, el existir humano, la manera de existir del hombre en el mundo, el continuo proyecto de trascendencia de un ser finito. Una de las tendencias de la filosofía de la existencia -el existencialismo de Heidegger, Sartre y Merleau-Ponty-, con sus estímulos constantes a la fenomenología, ha señalado una de las líneas más ricas y clarificadoras del teatro contemporáneo la línea que, de una u otra forma, ha denunciado la inautenticidad y banalidad de los comportamientos.

Martín Heidegger, maestro grabador. El País. 06/06/1976

Previsible e inesperada, la muerte de Heidegger me lleva a recordar la ocasión única en que el filósofo tuvo a bien compartir con un artista la luz pública de un libro. El carácter excepcional del caso cobra, al propio tiempo, paradójica y mayor proximidad, o se hace más nuestro, por haber sido el colaborador eventual un artista español: el escultor Chillida, cuyo nombre campeó junto al de Heidegger (tal como los dicta el subtítulo de este recuerdo) en la portada de la obra alumbrada en común.Por disipar dudas y desdecir suspicacias, se me ocurre oportuna la transcripción del texto que se vió impreso en el anuncio de la presentación y ulterior exposición del libro. Traducida del alemán, ésta es su letra: «Martin Heidegger-Eduardo Chillida. El arte y el Espacio. Una obra bibliófila de la Erker-Presse, St. Gallen. Texto en caracteres góticos de Martin Heidegger y siete lito-collages de Eduardo Chillida. Exposición de la obra, con motivo de su aparición, del 12 de octubre al 15 de noviembre. Galería de Arte Contemporáneo Gallusplatz, St. Gallen. 1968».

Un deber de justicia. María Dolores Ruesta. El País. Cartas al Director. 06/06/1976

Creo es un deber de justicia hacer referencia a una traducción de Sein und Zeit hecha por José Gaos, profesor que fue de la Universidad de Madrid antes de la guerra civil y exiliado en México a consecuencia de la misma. Gaos siguió dando sus clases de filosofía en la Universidad Autónoma de México y después de muchos años de trabajo publicó la traducción de Sein und Zeit, cuya primera edición en español es de 1951. Traducción que me parece imprescindible para cualquier estudioso de filosofía de lengua castellana, desde su prólogo hasta el pequeño diccionario que la antecede aclarando el por qué se traduce de esta u otra manera la complicada terminología heideggeriana. A la par de esta importante traducción, Gaos publica un pequeño libro, en la misma editorial y con la misma fecha, titulado Introducción a El Ser y el Tiempo, de Martín Heidegger, que sirve de gran ayuda para el entendimiento de la principal obra del filósofo.

«La vendadera angustia se experimenta ante la muerte». Carlos Gurméndez. El País. 05/04/1979

Walter Biemel, discípulo de Martin Heidegger y profesor de Filosofía y Estética de Düsseldorf, es conocido en Alemania por sus importantes trabajos sobre la fenomenología y la filosofía del arte. Entre sus obras más importantes cabe señalar El concepto del mundo en Heidegger, Análisis filosóficos del arte actual y una obra sobre Sartre. El profesor Biemel ha venido a Madrid invitado por el Instituto Alemán y el Instituto Fe y Secularidad, para dar una conferencia sobre «Sartre y Heidegger» y otra sobre «Temporalidad en la fenomenología», dentro del cielo Existencialismo y filosofía contemporánea.

Publicada una obra inédita de Heidegger. El País. 13/10/1979

La prensa alemana destaca con gran relieve la aparición de Heráclito, obra inédita de Martin Heidegger. Corresponde al volumen 55 de la segunda parte de las Obras completas del pensador alemán. Muchos críticos alemanes afirman que esta obra es más significativa e importante que Ser y Tiempo.El libro corresponde a las lecciones dictadas por Heidegger durante el curso de 1943-1944. Constituyen una interpretación muy original del pensamiento de Heráclito. De hecho, es el proceso de la constitución del pensar desde su nacimiento materialista en los presocráticos. En estas cercanías al balbuceo originario del pensar, Heidegger busca una confirmación de su concepción en la influencia que ejerció Heráclito sobre dos grandes pensadores, Hegel y Nietzsche. Luego, el pensador alemán bosqueja las vicisitudes y el drama de la filosofía como metafísica hasta su extinción final en el pensador que se piensa a sí mismo. Este pensar es, como él dice, «el corazón de los pueblos».