Una respuesta a Jacques Derrida. Victor Farias. El País. 17/12/1987

Tribuna:LA POLÉMICA SOBRE HEIDEGGER
17 DIC 1987

Víctor Farias, autor de Heidegger y el nazismo, sale al paso en este artículo de las críticas hechas a su obra por algunos representantes actuales del pensamiento heideggeriano. En concreto, expone que su investigación aporta hechos nuevos que demuestran la vinculación ideológica e incluso militante del autor del Ser y la nada con el nazismo. A juicio de Farias, su obra demuestra también la dimensión política de muchos temas filosóficos tratados por Heidegger.

Los heideggerianos de estricta observancia han protestado hasta ahora contra la acusación de nazismo al «filósofo más grande del siglo» y han exigido, en forma de desafío, que se exhiban los documentos que sirven de prueba a la misma. Esto es cosa hecha, gracias a los esfuerzos de G. Schneeberger, H. Ott y míos. Se quiere ahora cambiar las reglas del juego: ¡los hechos no tendrían ninguna relación con la esencia de la filosofía de Martin Heidegger!¿Qué dice J. Derrida? Los hechos están ahí, pero en sí mismos carecen de importancia sin una correspondiente reflexión filosófica. Mejor todavía: Derrida no ha «encontrado en esta investigación nada que no se conociera desde hace mucho tiempo».

Esto es falso. Entre otras cosas, yo he probado los hechos siguientes, de primera importancia, perfectamente desconocidos hasta la aparición de mi libro:

1. La relación del joven Heidegger con los medios antisemitas de Austria y del sur de Alemania, y la importancia de Abraham a Sancta Clara.

Meter en cintura

2. La actividad de Martin Heidegger con miras a destruir la Asociación de Profesores de Universidad, para reemplazarla por una asociación nacional-socialista militante (1933); su estrecha colaboración con E. Krieck, el principal consejero de Rosenberg. El telegrama enviado por Heidegger a Hitler exigiendo una mayor firmeza para meter en cintura a la universidad alemana (20 de mayo de 1933).

3. El hecho de que Martin Heidegger pagara regularmente sus cuotas al partido nazi hasta el año 1945 inclusive. El estudio de la cartilla de militante demuestra que Heidegger no tuvo nunca relaciones conflictivas con la administración del partido (véase el comunicado de las autoridades aliadas en Berlín, Libération, 24 de octubre: «Tampoco queda ningún rastro de una eventual. encuesta disciplinaria»). He demostrado, con documentos que lo apoyan, que el partido protegió a Heidegger de las denuncias de Jaensch.

4. La actividad nacionalsocialista de Heidegger después de su dimisión del rectorado era hasta ahora desconocida por el público. Por ejemplo, su apoyo a Hitler con ocasión del plebiscito que le otorgó plenos poderes (septiembre de 1934).

5. Era igualmente desconocida la participación de Heidegger en la creación de la Academia de Profesores del Reich, verdadero centro de formación de la nueva generación de profesores (agosto de 1934). Tampoco se conocía su participación en la Academia Alemana de Derecho, invitado por H. Franck (quien sería condenado a muerte como criminal de guerra en Nuremberg).

6. También era desconocido el hecho de que Heidegger fue el único profesor de universidad que pronunció conferencias en la Alta Escuela de Política Alemana de Berlín (1935), en compañía de R. Hess, Goering, Goebbels y Rosenberg.

7. He demostrado que Heidegger fue propuesto en 1935 por el ministro de Educación como decano de la universidad de Friburgo, y esto contra la voluntad del nuevo rector y de los demás decanos.

8. Se ignoraba también la invitación hecha a Heidegger por el ministro de Educación, Rust, para participar en el Congreso Mundial de filosofía que tuvo lugar en París en 1937. La carta escrita entonces por M. Heidegger constituye un flagrante desmentido de sus ulteriores declaraciones.

Revolucionarización

9. He probado cómo, en Berlín, el ministerio deseaba que Heidegger fuera nombrado en la universidad de Múnich o en la de Berlín, para velar por la revolucionarización de dichas universidades (1942).

10. He demostrado que Heidegger publicó su obra con toda tranquilidad durante la época nazi, y que el Discurso del rectorado fue reeditado en 1937 en varios millares de ejemplares.

11. A pesar de la opinión en contra de Rosenberg, La doctrina de Platón sobre la verdad se publicó (1942) después de una gestión directa de Mussolini cerca de Goebbels.

12. He revelado que, mucho después de la guerra, Heidegger siguió manteniendo una relación amistosa con Eugen Fischer, fundador y dirigente del Instituto de Higiene Racial de Berlín y uno de los principales agentes de la política de exterminio: todavía en 1960 Heidegger le dedicó uno de sus libros.

13. El señor Derrida debería dedicar al menos una hora al documento en el que Martin Heidegger prohíbe, por iniciativa propia, la participación de los no arios en una actividad universitaria oficial.

Si Derrida sabía todo esto, ¿por qué no nos había dicho nada de ello? Me habría ahorrado un esfuerzo que ha durado 12 años. Yo añadiría lo que sigue: mi libro permite verificar la condición propiamente filosófica de los escritos políticos de Heidegger, y la dimensión política de numerosos temas filosóficos. Por último, ¿puede decirse, seriamente, que una documentación como ésta no tiene, en sí misma, un interés filosófico?

Traducción: M. Carmen Ruiz de Elvira. (Véase EL PAÍS, Temas de nuestra época, del 19 de noviembre de 1987.)

* Este articulo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de diciembre de 1987